Existe un concepto muy bonito como la censura, que a veces la gente desprecia sin llegar a ver su belleza interior. No obstante esta belleza existe, ya que un buen censurador, puede aportar un extra a la obra original, de tal forma que podemos tener por ejemplo porno y humor fusionados de una forma muy sana.
Y ciertamente creo que es una forma sana, ya que nos permite emplear de un solo vistazo, no solo la líbido, sino también la imaginación.
Esta extraña mezcolanza nos puede aportar imágenes muy muy graciosas, censurando de una imaginativa forma pornografía muy explicita, dejándola ahora de forma claramente implícita, por lo que creo que el resultado agradará a más gente incluso que al original.
Hijo del concepto de pornografía + censura, nació hace un tiempo el fenómeno de los SFW.
Estos archivos, en los que se deja todo a la imaginación son perfectamente validos en el curro o SAFE FOR WORK.
En las imágenes, artistas de mi calaña, utilizan el programa más cutre de dibujo para dibujar encima de fotografías de alto contenido sexual, para reconvertirlas en imagineria popular, tal como pueda ser el Street Fighter, los piratas o el KFC sandiero.
Y llegamos al punto en el que digo que lo curioso, es que el fenómeno SFW se ha sumado al de un video viral de una marca de combustible para ofrecernos un vídeo que no tiene desperdicio.